sábado, 25 de abril de 2009

Capítulo DOS (El Mago de Oz 2)

SeGuNdA tEmPoRaDa

El Mago de Oz 2

La Ciudad Esmeralda y el mago que vive en ella, son la esperanza de Dorothy y Toto para regresar a la capital mexicana, y es el motivo por el cual su andar es rápido a través del camino amarillo.

(Ciudad Esmeralda, Oz... vista nocturna desde el Palacio de Hierro)

Aman el aire de Oz que ahora respiran, aún y cuando no está tan denso como el de su natal De Efe. Por su camino atraviesan verdes praderas con riachuelos y alfombras de flores multicolores. Toto comienza a sentirse un poco cansado y Dorothy un poco sedienta. Deciden tomar un descanso breve y beber un poco de agua de aquel estanque de agua cristalina, cuando de repente, un rugido los estremece y los hace ponerse muy alertas.

-¿Qué fue eso?- rugió Toto Aldana.

–Nada, supongo- afirmó muy poco convencido Dorothy Alchalel.

-Deberíamos echar un vistazo- dijo Toto un poco menos convencido que la aseveración de Dorothy.

Se internaron en la maleza junto a la vereda y para su sorpresa encontraron bebiendo junto al estanque de donde ellos habían bebido un poco antes, a una criatura grande y con melena castaña.

-Es un león- gruñó temeroso el desconfiado Toto.

-Ni al caso Toty, es una leona and such- le contestó su rubia amiga defeña. –Vamos a acercarnos y a preguntarle cómo se llega a Ciudad Esmeralda, pues hemos caminado por horas a lo largo de éste camino y no se ve finta de que vayamos a llegar pronto. Quizá hasta traiga coche y nos dé un aventón. Ándale Toto, no seas jotillo, vamos!-

Alchalel y Aldana se acercaron sigilosamente a la leona, pero ésta estaba de espaldas y distraída, así que no se percató de la cercanía de los turistas.

-Hola!, ¿cómo te llamas?- preguntó Dorothy dulcemente, pero la leona, quien no estaba preparada para la aparición de nadie en ese momento, pegó tremendo rugido y brincó mas alto que Tigger, quien pertenece a otro relato.

-¿Qu-qu-qu-quiénes son ustedes?, ¿qué hacen aquí?- tartamudeó la pobre leona.

-Ayyy, relájate nena, somos Dorothy y Toto- respondió el can tratando de calmarla. –Venimos de un lugar muy lejano y estamos perdidos, necesitamos llegar a Ciudad Esmeralda-. La Leona seguí perpleja, asustada, acobardada y sin poder reaccionar, aún estaba pálida por el repentino salto que se vio forzada a pegar.

-Mira, es que la bruja Dan nos dijo que el Mago de Oz es muy sabio y poderoso y que si le pedimos que nos ayude a regresar a De Efe, él nos ayudará con mucho gusto, porque él lo resuelve todo.-

-¿T-t-t-t-todo?, ¿en serio?- preguntó e hizo una pausa pensando momentáneamente en lo que le acababan de decir los forasteros. –Yo también quiero ir a Ciudad Esmeralda entonces, quiero ver a ese mago y quiero que me conceda un deseo… quiero tener CORAJE, porque soy la leona mas cobarde que haya pisado esta tierra y no me atrevo a muchas cosas. Se supone que todos los animales del reino deberían de temerme, pero más bien yo les temo a ellos. Hace tiempo me fui a Barcelona a tratar de rehacer mi vida, pero veo que no me ha salido del todo, así que regresé a mi natal Oz de vacaciones, pero me encantaría volver y que todos los barceloneses me teman al verme regresar.-

-¡Genial!, acompáñanos tipo y así- exclamó jubilosamente Dorothy. –Esperemos que traigas coche o que conozcas un camino mas rápido para llegar al palacio… ¿cómo te llamas, a todo esto?-

-Me llamo Karla Salinas, pero todos me dicen la leona cobarde. Y no, no traigo coche ni hay ninguna manera de llegar al palacio que no sea siguiendo éste camino amarillo.-

Habiendo acordado ser compañía uno del otro hasta llegar a Ciudad esmeralda, se tomaron de la mano los tres y partieron alegremente brincando y cantando por la vereda “If you seek Amy”, “Poker face”, “Love today” y otras rolitas pegajosas.

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